Datos Referenciales sobre el Cuartel Santa Catalina de Lima

El Cuartel de Santa Catalina de Lima se constituye el primer cuartel en ser proyectado y edificado como tal desde el comienzo. Su construcción que data del 1806, fue dada durante el gobierno del Virrey Don Fernando de Abascal, estando la supervisión a cargo del general Don José de la Pezuela.

Este monumento histórico que se localiza en la esquina del Jirón Inambari s/n con la cdra. 14 del Jirón Andahuaylas, en la Plazuela de Santa Catalina en el Centro de Lima, fue declarado como tal a través de la Resolución Suprema N° 2900-72-DE del 28 de Diciembre de 1972. Asimismo, fue declarado Monumento Histórico-Artístico por R.S. N° 92-ME-19-01-46.

El inmueble se encuentra inscrito como propiedad del Estado Peruano en el Margesí de Bienes Nacionales: Asiento 12, Foja 37, Tomo I del Libro de Predios de Lima presentando un total de 25250m2. Por razones de Política Gubernamental sin embargo, el mencionado inmueble se encuentra partido en diagonal por la prolongación de la avenida Nicolás de Piérola, la cual lo separa en dos partes: por un lado, el Penal San Jorge y por el otro, la I. E. José del Carmen Marín Arista y la Escuela Taller de Lima.   

Debemos mencionar además, la declaratoria de intangibilidad dada por la Junta Deliberante Metropolitana de Monumentos Históricos, Artísticos y Lugares Arqueológicos de Lima a través del Informe N° 6, correspondiente a los años 1962 y 1963. Aquí, se denomina intangible ciertos elementos arquitectónicos como son los muros perimetrales originales que aún se pueden ver delimitando al colegio y al penal y, un torreón que se puede apreciar en el frontis del cuartel, en la esquina del Jirón Andahuaylas con Inambari.

Con la división del cuartel y el cambio de uso del espacio, la zona intangible y monumental se ha reducido sólo al área ocupada por las instalaciones de la Escuela Taller de Lima (ETL), al cual se le suma el área de la capilla de Santa Bárbara localizada al interior del área cedida al Ministerio de Educación. De esta manera, la capilla al ser determinada zona intangible por el INC, se encuentra en las inmediaciones de la llamada ETL.

Actualmente, lo único que se ha preservado del cuartel es una cuadra de dos pisos con balcón colonial que se encuentra en estado semiruinoso; los ambientes que servían en otros tiempos de oficinas administrativas los cuales ya han sido restaurados para ser utilizados como salones de clase y oficinas; el gran patio principal con asentado de adoquines que ha sido restaurado parcialmente y la parte del frontis de cuartel el cual comprende el torreón original de adobe dispuesto en talud, la torre cuadrada de madera -ahora sin reloj-, la gran portada de madera del ingreso con zaguán empedrado con cantos rodados, y la carceleta y oficinas con grandes ventanales del tipo neocolonial que dan hacia la fachada.

Los materiales de construcción más utilizados que se pueden observar son el adobe y piedra, siendo utilizada la quincha en el caso del segundo piso de la cuadra. Se nota además la utilización de la madera como material constructivo a través de la gran torre cuadrada y el balcón colonial de la cuadra de oficiales. Por otro lado, algunos elementos como los pisos son también de madera machiembrada, además de las escaleras que conectan a los pisos superiores. Todas las ventanas exteriores del inmueble están protegidas con carpintería metálica de diseño simple como es costumbre del periodo neoclásico.

Vemos entonces, que este monumento guarda un alto valor estético, arquitectónico y tecnológico pues fue construido guardando las más recientes tecnologías para su época. Es importante remarcar que se constituye como una entidad patriótica sobreviviente y como un elemento que sirve para consolidar nuestra identidad nacional.

Debido a esto es que hasta el momento se han realizado en su interior, dos investigaciones arqueológicas y una de tipo arquitectónico documentado mediante informe. Las investigaciones arqueológicas fueron realizadas en los años 1981 y 1998 -por María Mendoza y Rosa Franco respectivamente-, ambas como parte preliminar a otros proyectos. El primero de ellos fue realizado como parte del programa de restauración e investigación del monumento, mientras que el segundo estuvo supeditado a un proyecto de emergencia antes del establecimiento de la Escuela Taller de Lima en sus instalaciones.